En este episodio de A Simple Vista, conocemos a una persona que llegó a la Gran Manzana con la ilusión de lograr sus metas, acompañada con la ilusión de unas palabras mágicas: “Si esa niña llega a Nueva York será una gran diseñadora”.
La historia de Lucía Rodríguez comienza en Bonao, en donde a los 14 años diseñaba ropa para sus vecinas e incluso, le cosía el uniforme a sus profesoras en la escuela. Por su talento, diversos familiares que residían en la ciudad de Nueva York predecían que si Lucía llegaba a la ciudad, se convertiría en una gran diseñadora. Y así fue. A través de su hermana, quien tomó la iniciativa de iniciar la carrera de Lucía, la diseñadora pudo llegar a NY a los 19 años. Llena de sueños y deseos de buscar su lugar en la Gran Manzana.
Rodríguez decide dar el siguiente paso hacia la creación de su propia marca luego de 10 años trabajando para el diseñador estadounidense Bob Evans. Luego de ser influenciada múltiples veces por diferentes personas, Lucía decidió finalmente abrir una corporación en donde se presentara únicamente su línea. A pesar de que su jefe le dijo que no iba a llegar lejos, Rodríguez siguió hacia delante hasta que logró vender su primer vestido de novias por 4 mil dólares, que cuenta que hasta hoy recibe referencias del mismo.
Para la diseñadora de modas, los inmigrantes dominicanos son una de las comunidades latinas que más ha avanzado en Nueva York. La comunidad ha progresado a tal punto de poder convertirse en propietario de su propio negocio. Lucía Rodríguez sostuvo que los dominicanos somos personas trabajadoras, en especial en esta ciudad. Por último, Lucía opina que a pesar de que establecerse en Estados Unidos le ha brindado muchas oportunidades, su tierra dominicana siempre estará en su corazón.