Un digno ejemplo de la resiliencia y fortaleza de los dominicanos. Quemuel era un dominicano más en la Gran Manzana, con miles de sueños y toda una vida prometedora por delante, pero le hizo una jugada inesperada y le mostró que su misión era mucho más que eso, y con ella iba a poder ayudar a millones de personas.
Estudió diseño urbano y también planeaba graduarse de finanzas, pero con tan solo un mes en la escuela, sufrió un accidente catastrófico en el que se lastimó la espina dorsal y quedó sin la capacidad de caminar.
Al quedar minusválido, tuvo que ir a rehabilitación y ver de cerca la realidad de ellos en la Gran Manzana, se dio cuenta de que existía una comunidad inmensa completamente invisible de personas que solamente por su situación física o estado medico no tenían acceso ni voz ni visibilidad fuera de los hospitales y ahí, inició su nueva pasión. Desde ese momento se ha dedicado a trabajar para la movilidad de esas comunidades, para desarrollar las habilidades de ir al médico, a la universidad, a una barra por una cerveza, donde quieran.
Quemuel Arroyo hoy en día mueve a más de 3 millones de personas diarias y tiene la responsabilidad de velar porque a los miles de ciudadanos con discapacidad que se trasladan diariamente por “La Gran Manzana” se les facilite el acceso en paradas de autobuses, estaciones de trenes, metros y demás agencias de “La Autoridad Metropolitana de Transporte”
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